Urbanizar como una transformación que permite la continuidad del ecosistema existente. Todo lo que aparece en las imágenes estaba allí antes de que llegáramos: libélulas, espigas creciendo en piedras-banco y frenos de tractor convertidos en reposabrazos.
Los arquitectos españoles de IBAVI Arquitectes le han dado una vuelta de tuerca a un proyecto que fácilmente pudo convertirse en una nueva urbanización fantasma, de esas que abundan al interior de España. Demostrando el valor agregado que puede entregar nuestro trabajo en el contexto de un proyecto urbano, el equipo ha logrado revitalizar el espacio público en favor de los peatones, reutilizando gran parte de las preexistencias del lugar. Cómo ellos mismos aseguran: "El papel en blanco no existe".
Descripción por los arquitectos. El año 2011, en plena resaca del boom inmobiliario, se encarga al Departamento Técnico del IBAVI la dirección de las obras de urbanización y el proyecto de ordenación de 320 VPO y un colegio en un solar de 30.000 M2 situado en Campos. La necesidad de construir la escuela y la financiación con fondos del Ministerio de Fomento, impulsan el inicio de las obras.
Este proyecto tenía todas las cartas para terminar como cualquiera de las urbanizaciones fantasma que han aparecido en todo el territorio español (ver Nación Rotonda), pero la ética profesional impedía producir otro artefacto de estas características.
Como solución se establecieron dos fases de utilización:
1ª Fase / Zona Verde.
Para el disfrute de todos los campaners, ya que hasta ahora no había ningún parque de este tamaño para poder pasear. Por eso la mayoría de calles son de uso exclusivo para peatones, a excepción de la que da acceso a la escuela (organización del tráfico tipo súper-manzana). Estas calles se han pavimentado con albero, un material permeable que reduce 30ºC la temperatura de sensación respecto a una calle asfaltada. Hay que recordar que la impermeabilidad es uno de los grandes problemas de las ciudades, especialmente por las inundaciones.
El diseño del espacio público quiere dar la sensación de que la intervención es mínima. Con algo de suerte, algunos paseantes creerán que sólo se ha pasado el motocultor para quitar las hierbas, salvando los árboles y descubriendo algunas piedras que pueden servir para sentarse.
2ª Fase / Eco-Barrio.
Una nueva forma de ciudad ejecutada por primera vez en las Islas Baleares, donde se ha tenido en cuenta la salud de las personas y la gestión de los recursos (agua, energía, residuos, CO2, etc.), tanto en la construcción de las obras como durante la utilización de los futuros edificios, con el fin de ofrecer una mejor calidad de vida. Un trocito de pueblo pensado para las personas, donde los niños puedan volver a jugar en la calle sin que los padres tengan que preocuparse.
Una urbanización más amable, cómoda, y económica para sus futuros habitantes, con un ahorro superior a 1.000€ anuales por vivienda, ya que podrán prescindir de climatización artificial. Esto es posible porque la ordenación se ha diseñado para favorecer al máximo que las futuras viviendas puedan alcanzar un consumo de energía casi nulo (NZEB), condición obligatoria a partir del 2018 para todos los edificios de titularidad pública de los países de la UE.
Por ese motivo las edificaciones se han orientado perpendiculares a la calle del Viento, que es la dirección del embat, la brisa marina procedente de la Ràpita, viento dominante en verano, y que permitirá enfriar gratuitamente las viviendas, a razón de 1ºC por cada km/h de viento. Para favorecer esta climatización natural de las viviendas, la fachada principal se orienta hacia las calles de uso exclusivo para peatones, reduciendo la contaminación acústica y visual.
En este ecobarrio se ha incidido especialmente en la reutilización de los restos del propio solar, no sólo por cuestiones ambientales y económicas, sino también para conservar su historia agrícola y ganadera, así como para rendir homenaje a sus habitantes, integrando en las obras todo lo que constituya un documento del paso del tiempo: tejas, piezas de marés (piedra arenisca local), herramientas del campo, chatarra, piezas de tractor, troncos de madera, comederos para las vacas, etc. El papel en blanco no existe.
Los bancos, construidos con materiales reutilizados, resultan piezas únicas y particulares que sugieren múltiples maneras de sentarse y conversar.
Los pavimentos de hormigón de árido reciclado se han coloreado con la tierra del lugar, sin químicos, utilizando técnicas de bio-construcción. Como aditivo se ha utilizado exclusivamente nopal, que es la sabia de las chumberas mezclada con agua, que sirve para reducir la fisuración.
Se ha reducido al máximo el uso de PVC, poliuretano, derivados del petróleo y otros productos tóxicos. Todas las pinturas y todos los tratamientos para la madera son ecológicos y exentos de plomo y metales pesados. En las juntas del hormigón se ha utilizado corcho natural.
Las estaciones transformadoras eléctricas, las primeras edificaciones del ámbito de la urbanización, se han construido con muros de carga de marés utilizando las técnicas constructivas tradicionales, como los arcos planos rebajados. Todas las tejas son reutilizadas.
En cuanto al alumbrado público, se utilizan puntos de luz que suponen un ahorro energético del 50% respecto al alumbrado convencional.
Las técnicas utilizadas en esta obra son replicables en rehabilitación de barrios y ciudades.
Arquitectos: IBAVI Arquitectes
Promotor: IBAVI
Emplazamiento: Av. de la Rambla y Av. de la Virgen, Campos, Mallorca, España
Superficie: 29.405,00 m2
Presupuesto: € 920.000 + IVA
Autores: A. Martín, J. Moya, C. Oliver, A. Reina (arquitectos), EEI Ingeniería, J. Gracia (ITOP)
Colaboradores: A. Rubido, S. Villamarín, F. Cifuentes
Constructora: UTE VOPSA-Pyocsa
Encargados: J. Berga, E. Sánchez
Agradecimientos: T. Terrassa, T. Ribas, Wilson, Anselmo, Fran, Milú (x2), Mohammed (x4), Ebué, Mohand, Jamal, Policia local de Campos, Teulera Soler, F. Grimalt, y todos aquellos que han hecho posible este proyecto
Fotografías: S. Martorell / C. Oliver